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El primer reggae argentino cumple 50 años: la historia de Scaba badí bidú, Donald y el disco de oro menos pensado

Escrito por el 21 diciembre, 2020

En 1970, el intérprete de Tiritando grabó el tema que lo convirtió en el pionero del “regay” local. El viernes estrena una nueva versión en dueto con Bahiano.

Fuente: Clarin.com

Escucha la nueva versión

Fernando Monsegur fue el creador de Scaba badí bidú. La autoría fue compartida y grabada por Donald, el mismo de Las olas y el viento. La fórmula resultó exitosa; las ventas, siderales. Es una curiosa historia: ¿cómo llegó esa música de Jamaica a la Argentina? ¿No habían sido Los Pericos o, en su defecto, Alphonso S’entrega los pioneros de esa cosita loca llamada reggae?

Corría 1970, y con fines sólo turísticos, Monsegur, un productor y músico de jazz de bajo perfil, tuvo la oportunidad de viajar a Jamaica, destino que por supuesto lo atraía como a cualquier hijo de vecino. En su caso, le llamaba la atención por la oferta de buceo, una actividad que se superponía con su vida de músico citadino.

Desde Buenos Aires sólo veníamos, en esa época, conociendo la música de Jamaica filtrada desde Estados Unidos y Europa con las versiones de Harry Belafonte y Jimmy Cliff. “Se hablaba de calipso y no advertíamos todavía la aparición del reggae, que en Jamaica ya tenía fuerte presencia”, contó el autor ni más ni menos que del primer reggae nacional, en una entrevista con la Rolling Stone.

Monsegur se corrió hasta Kingston, la gran urbe y capital jamaiquina, para escuchar un poco más de ese sonido que traspasaba cualquier pared y ganaba calles que parecían anfiteatros. En algunas casas que parecían disquerías o viceversa se vendían simples de 45 rpm, sin etiqueta alguna y escritos a mano alzada con el nombre del tema.

Decidí escuchar superficialmente a algunos, y compré unos diez que traje a Buenos Aires para escuchar y entender mejor”, continuó diciendo el visionario. “Yo tenía una gran amistad con todos los Mc Cluskey y Donald se insinuaba como intérprete de gran éxito”.

La historia se centra en Donald Clifton McCluskey (Buenos Aires, 9 de julio de 1946), conocido popularmente como Donald, cantante argentino de pop latino y balada que, según Wikipedia,  alcanzó la fama en los 60’s y 70’s. Intérprete recordado por éxitos como Tiritando, En una playa junto al mar, Siempre fuimos compañeros, entre otros.

Donald y Monsegur se juntaron a escuchar el puñado de simples que habían pasado por la Aduana y notaron que “todos tenían cosas en común”, por no decir, quizás, que todos sonaban iguales. Como si se tratara de un encuentro cercano del tercer tipo observaron que lo mismo estaba grabado en ambas caras de los discos y que eran bases rítmicas con armonías básicas y secuencias reiteradas a cargo de guitarras, batería y bajo.

Ninguna melodía, ningún crooner, nunca una letra de canción ni punteo de guitarra. Eso sorprendió al productor artístico y músico de jazz que compuso muchas obras para Donald.

“La escucha que hicimos pasó sin pena ni gloria porque todo era medio más de lo mismo”.

Pero hete aquí que a Monsegur –fallecido en agosto pasado a los 81 años– le “picó el bichito” y después de una siesta eligió uno de esos diez invertebrados para crearle una melodía ultra pegadiza. Inventó -tal cual se desprende de los archivos familiares- “un par de letras para esa misma armonía” y, de repente, se puso serio.

Lo que sigue es una entrevista con Horacio Malvicino, miembro de distintas formaciones de Astor Piazzolla, músico de tango, jazz y bossa nova que, por ese entonces, manejaba parte de las grabaciones de la mítica RCA. Malvicino y su oído absolutista sugirieron: “Tenés que usar ese playback, aquí no vas a conseguir jamás ese clima”. ¿Pero cómo hacemos?, se desesperó Monsegur. 

Malvicino dijo que había que grabarle encima “algunos toques con instrumentos locales” y que eso se iba a sumar a la melodía de Monsegur y a la letra de Donald. ¿Y qué nombre le ponemos?, quisieron saber. El scat del coro, esa forma de improvisación típica del jazz, decía algo que se entendía como “scaba badí bidú”. Listo, ¡se imprime!

Ideal para el garguero gutural de alguien como Donald, quien ya venía cantando sucundum, sequeten, racataca, chequendengue.

Y así salió y así se convirtió en un hit total. También (así) Donald quedó para siempre como el intérprete que trajo a la Argentina el primer “reggae”. Por esos días, la etiqueta del tema que se vendía en las disquerías decía “regay”  (digan que gay, en la lengua popular, aún no significaba nada).

“Mi versión de los hechos es ésta”nos dice Donald. “A mí siempre me gustó la música jamaiquina; es más, yo lo conocí personalmente a Jimmy Cliff. Cuando Fernando viajó a Kingston, Bob Marley ya era famoso, y él volvió al país con varios simples que vendían los artistas callejeros, temas que no tenían ni letra ni melodía. Uno de esos decía Scaba badí bidú, y eso fue un gancho tremendo para mí manera de cantar”.

Según Donald, “no era una canción, era una pista de karaoke“. Entonces se les ocurrió ponerle letra y música a esos dos acordes. “La canté para mostrarla en la RCA, le hicieron un arreglo, pero sonaba demasiado orquestal y se decidió grabar otra versión. A mí me resultaba gracioso que la canción decía Badí, que era el nombre de mi hermano, y Bidú, que era una gaseosa cola del momento”.

Fernando hizo la música y cuando salió el disco “no dábamos dos mangos porque era un ritmo nuevo. Terminé ganándome un disco de oro“. El Bahiano le dijo a Donald, en 2002, que ese había sido el primer reggae “y ahora, por suerte, hicimos una versión nueva juntos con una letra bastante más actual”.

Del hit a la paranoia. En cierto momento de 1972, los protagonistas imaginaron la aparición de “un avión negro, lleno de abogados” para meterles un buen juicio por plagio, derechos de autor, etc. Pero el temor era infundado y el tema quedó registrado en SADAIC sin ningún problema “porque el 98% del producto era íntegramente nuestro”, dijo Monsegur.

Bajo el tilín de su título, Scaba badí bidú ya fue grabado por varios artistas de todo el mundo, con la misma letra y la misma música que popularizo Donald en los ’70.

Después de Tiritando, el compositor más veraniego entiende que éste fue su tema más exitoso con 180 mil copias vendidas.

El tema llegó de manos de Monsegur en 1970, pero se editó en 1971 y fue considerado “el primer reggae registrado en nuestro país”.

El 10 de diciembre, a 50 años de su llegada desde Jamaica, se lanzará una nueva versión a cargo Donald, sinónimo de mar y playa. En esta oportunidad lo acompaña -oportunamente- la voz de Bahiano, ex líder de Los Pericos.

Medio siglo debió pasar hasta que el hijo de Fernando Monsegur, Manu -junto al sello Muzick Vibes Faro Latino– impulsaran este lanzamiento que además incluye a Los Guardianes de Gregory como backing band y las participaciones de Ken Stewart (The Skatalites), Sebolla Paradisi, el propio Manu Monsegur y el tecladista Falu Quilombo.

Además del single, el proyecto incluye la realización de un Mini Documental con la historia completa del Reggae en la Argentina, que irá acompañado con el lanzamiento de otros sencillos.

“Aquí Bahiano con Donald”, se escucha al comienzo de la Scaba badí bidú 2020. La letra retocada habla de “buenas vibras” y menciona “semillas que se ponen a florecer”. ¿Fue el primer reggae y acaso también el primer eslabón en la cadena de suplicio por la marihuana legal?

“Es una letra nueva alusiva a la historia”, nos dice Manu, hijo del autor. “La hice yo y también la produje. Podría ser tomada así, sí, la verdad es que la referencia de la semilla es por el reggae, pero…”

​Nota al pie. Scaba badí bidú es la canción que canta Larguirucho en Super Hijitus

Monsegur murió en plena pandemia, el 21 de agosto pasado. Manu, su hijo, también productor artístico de diferentes bandas, se comunicó con Donald y el cantante escribió un largo posteo donde explicó que el autor de Scaba badí bidú  “no murió de coronavirus”, pero debido a que su fallecimiento se produjo en medio de la pandemia, el funeral debía regirse según el “protocolo covid”, es decir sin velatorio ni cristiana sepultura, y que su cuerpo sería cremado.

“Revisando una caja de discos simples archivados en un viejo baúl, encontré el acetato que Fernando había traído de Kingston Town, conteniendo la pista instrumental del hoy en día popular grupo musical jamaiquino Money Day sobre la cual Fernando había creado la melodía de Scaba Badi Bidu y a la cual, con mi hermano Alex, le habíamos puesto una letra”, posteó Donald meses atrás.

No solamente un gran creador musical se nos fue, sino también un hombre muy respetado en el mercado inmobiliario, un amigo con mayúsculas muy querido, un buen tipo y un padre de familia ejemplar”.


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