Genes Abori, el reggae después del reggae
Escrito por Marcos Alvarez el 11 julio, 2023
Tienen shows explosivos, canciones conscientes y un sonido típico de reggae argentino, mimetizado con música urbana, funk y rock.
Nota por: Yumber Vera Rojas
Fuente: Pagina12.com.ar
Después de experimentar un auge inédito en los 2000, existe la sensación de que la escena reggae argentina se encuentra hibernando. Lo que no es cierto. Pero es una realidad que tótems locales como Los Pericos, Dread Mar I, Los Cafres o Nonpalidece son los artistas que siguen teniendo mayor exposición, al igual que convocatoria. Quizá lo que está invisibilizado es el semillero del género. Sin embargo, Genes Abori (suerte de lunfardo que invoca a los pueblos originarios) salió a patear el tablero. La banda de Berisso es para el movimiento lo mismo que fue Usted Señalemelo para el indie o recientemente Winona Riders para el rock.
Su propuesta es una lectura renovada y más joven del sonido de Los Cafres, aunque mimetizada con destellos de música urbana, funk y rock. Y su performance en vivo es toda una bomba atómica. O más bien de hidrógeno. Es que la fusión de los mellizos Nico y Ezequiel Scarsella (32 años) pone a volar por los aires hasta el ser más inerte. “Guille Bonetto es alta referencia”, dice Nico. “Si vamos a hablar de música cantada en español, mis influencias son él y Mariano: Dread Mar I la remó desde abajó y rompió la barrera con estilos como la cumbia y la música urbana.”
- ¿Sólo se nutren de reggae?
- Escucho de todo. De pronto, un bolero o música melódica. Ultimamente me vengo castigando con el raggamuffin. Pero no te voy a negar que mi estilo es bien Bonetto. Incluso en el show en vivo, arengando a la gente.
- ¿Se conocen?
- Si le decís que somos los mellizos de Berisso, él se acuerda. Nos cruzamos varias veces. Tocamos muchas veces con el Cuchu, su percusionista. Y compartimos con Guille en algún show. Los escuchamos de toda la vida. Pero para el disco que estamos por lanzar, creo que ya tenemos un sonido bastante propio.
- ¿Cómo será lo nuevo?
- Vamos a sacar cada tema con video. No vamos a lanzar el disco completo hasta que no esté subido todo el material. Ya está grabado. Sólo falta arreglarles una que otra cosita a algunos temas. Por el momento, el disco se va a llamar Tiempo de unidad. Tiene composiciones muy buenas, se nota nuestra maduración.
Mientras devela de a cuentagotas su inminente repertorio, Genes Abori ya tiene circulando en las plataformas digitales de música su único álbum hasta la fecha: Tierra y fuego (2020). Aparte de ese sonido tan propio, esos temas redimen el legado de la canción consciente. “La vida es súper preciosa, y hay que encauzarla hacia algún bien”, afirma el frontman. “Algunos hacen un cuadro y otros educan o son médicos. Nosotros hacemos música. Por más que tenga ritmo, armonía y melodía, también tiene sentimiento, y se comparte. ¿Qué puede haber más poderoso que un mensaje?”
- También es un arma de doble filo…
- Cierto. Sucede con algunos géneros que terminan cagándoles la cabeza a los pibes. Se pierde todo lo de la armonía y la melodía, es sólo ritmo. Nosotros intentamos contrarrestar esto.
- ¿Te parece que la música hoy se compromete con su tiempo?
- No te puedo hablar de los demás. Lo que sí puedo decir es que nosotros tratamos de hacer. Opinólogos hay en todos lados, el tema es que haya interés por escucharlos. Nuestra misión es contrarrestarlos.
- ¿Cuál es el principal leitmotiv de sus canciones?
- Bien sea una canción espiritual, de conciencia o de protesta, lo primero que nos motivó a hacerla fue que en Berisso destruyeron un humedal para construir un terraplén costero. La recontra cagaron. Eso fue un disparador para nosotros. Queríamos que la gente se enterara. Mi herramienta es esta, mi canal de expresión es la canción. Ese tema se llama Rebelión, y está en Tierra y fuego.
- Vienen de una ciudad portuaria, ¿eso impacta en sus canciones?
- Hay una conexión profunda porque Berisso tiene una parte natural muy grande. Tiene el río y el monte. Y los inmigrantes que fundaron Berisso vinieron a trabajar el monte. Ahí se hace la fiesta del barro y del vino una vez al año, con toda la movida de los productores del monte. Todo esto a una hora de Buenos Aires. Es otro mundo para mí.
- ¿Les pesa la chapa de “renovadores” del reggae argentino?
- Es muy loco eso. Cuchu, de Los Cafres, nos dijo que renovamos el reggae argentino luego de la cuarentena. Es un montón. Cuando lo dijo, me cagué de risa. No sé si la revivimos, pero sí le estamos dando una gran mano, y le tengo fe al proyecto. Creo que lo que nos distingue es que no nos estancamos en un solo género musical. Tenemos la raíz clara del reggae, pero fusionaremos al género con todo lo que podamos. No nos frena nada.
- Cuando actúan en vivo, se nota que creen en lo que hacen.
- Mi profe de música me enseñó que la música no es solamente estudio. El otro 50 por ciento es pasión. Si no la sentís, no podés transmitir nada.
- ¿Cómo anda la escena reggae en Berisso y La Plata?
- Se está reactivando. Hay varias bandas legendarias como La Ombú, que es de Berisso. Pero creo que somos el único artista de esa movida que no paró en los últimos 10 años. Como la ciudad está lejos de todo, eso genera que las bandas se terminen estancando. La forma de hacer ruido es yendo a Capital y moviéndose.
- Aún es difícil salir del under…
- Tenemos apertura más allá del reggae, y eso se nota en el público, que además tiene diferentes edades. Es verdad que no hay un recambio generacional en la escena. En otros países conviven las nuevas generaciones con los artistas consagrados. Hay un techo en el underground por el tema de la edad y por el recorrido, aunque estemos al mismo nivel musical, de expresión y de conciencia para comunicar y compartir nuestro arte. Por suerte se está quebrando.
- ¿Cómo llegaron a hacer reggae?
- Escuchamos reggae por mis tíos. Teníamos a disposición toda una pared completa con discos del género. Pero antes pasé por el heavy, la cumbia y el indie, hasta que en un momento tomé conciencia de lo que quería en mi vida y de lo que quería expresar. Empecé a encontrarme no sólo a nivel musical, sino también espiritual.
- Supongo que sabés que el gancho es que hay dos mellizos en la banda…
- Y… llama la atención. Curtimos la música desde muy chicos, estudiamos juntos y siempre tuvimos bandas juntos. ¿Viste que los mellizos tenemos una relación especial? Uno es parte del otro.