Los Pericos hacen juntos la cuarentena preventiva por el coronavirus
Escrito por Marcos Alvarez el 17 marzo, 2020
Cinco de los músicos fueron directo de Ezeiza a la casa de Juanchi Baleirón, desde donde ofrecerán “cuarentemas” y trabajarán en nuevas canciones.
Fuente: Pagina12.com
Nota por: Roque Casciero
Juanchi Baleirón no tiene la garganta al 100%, pero ese hecho no guarda relación con su reciente vuelta de Estados Unidos -uno de los países más afectados por el coronavirus- sino con lo que pasó en la primera noche en Buenos Aires: cuatro de sus compañeros de Los Pericos se instalaron en su casa para compartir la cuarentena obligatoria, enseguida se armó un asado y el músico se pasó de la raya con el vino. “No habíamos podido chupar en la gira, porque ahí estamos palo y palo, entonces no hay tiempo para bancarse la resaca”, confiesa.
Resacoso y todo, Baleirón salió adelante en un acústico transmitido por una radio en la mañana del martes, en vivo desde… el living de su casa. Los hermanos Chapa (teclados) y Marcelo Blanco (percusión), Willy Valentinis (guitarra) y Ariel Topo Raiman (batería) fueron directo desde Ezeiza a la casa del cantante, guitarrista y productor. El bajista Gastón Goncalves, que vive solo y no corre riesgo potencial de contagiar a nadie, prefirió la intimidad de su casa después de veinte días de gira.
“Siempre boludeo con las palabritas y me salió ‘cuarentemas’. Y hablamos de subir a la web eso, nosotros tocando algo, y de subir alguna receta de comida, algunas cosas”, explica Baleirón cómo surgió la idea de compartir la cuarentena con sus compañeros. “Es algo que el Topo hace constantemente en Pericos webtv, pero esto va a ser más en vivo. Entonces, agarramos los celulares uno u otro y hacemos un live de Instagram de manera espontánea. Ana (Poluyán, manager de Pericos y exesposa del cantante) quería que lo hiciéramos más armado y tiene lógica, porque sería un concepto, pero a nosotros nos sale más espontáneo”.ç
Eso sí, la banda en formato de quinteto hará unos “cuarentemas” de manera más organizada en una transmisión en vivo por YouTube. “Queremos hacer lados B en versiones acústicas, con algún que otro cover”, adelanta Juanchi. “Buscamos hacer algo diferente y esta es justamente la excusa para hacer algo que por ahí en otro momento no haríamos. Tenemos la libertad de hacer esto para la gente que nos sigue y metemos temas que por ahí no son tan habituales y algún cover raro. No sé, Pet Shop Boys o Rex Orange County… Por ahí son cosas que estamos escuchando ahora y zapando, y de repente la mostramos. Obviamente que hay una cuestión lógica de generar con esto un poco de conciencia desde nuestro lugar: estamos haciendo esto porque hay que hacerlo y ustedes también deberían; no se hagan los boludos, no subestimen la enfermedad. Puede sonar un poco exagerado, pero no sabemos…”
De la gira que Pericos tenía programada por Estados Unidos y México sólo se postergaron los últimos tres shows, en Houston, León y Chiapas. “Por suerte, lo que hicimos estuvo buenísimo, porque es feo arrancar y quedarte trunco”, asegura Baleirón. “Nos tocó la situación cuando no estaba tan alarmante todo. En Estados Unidos se desencadenó el último fin de semana la alerta fuerte, antes veías todo normal. Alguno, como siempre, andaba con mascarilla o guantes, pero ya en los aeropuertos sí empezabas a ver el cambio”.
Aunque tenían pasajes para regresar recién el martes, pudieron adelantar el vuelo vía Bogotá sin demasiados problemas. “Al salir, la empresa hizo un filtro en base al decreto del presidente y los que no eran argentinos no subían al avión”, cuenta Baleirón. “Cuando llegamos a Ezeiza, abrieron las puertas del avión y había un equipo de enfermeros y médicos que agarraban las declaraciones juradas. Tenían barbijo, guantes, como si fueran cirujanos, y había también un gendarme médico. A los que decían que habían tenido fiebre o tos, los llamaban aparte. Una vez que recibieron todas las declaraciones juradas, nos dejaron pasar. Y al toque de salir de la manga había un medidor de temperatura”.
Apenas los Pericos llegaron a Buenos Aires, las familias de los músicos fueron a verlos a casa de Baleirón en Coghlan. A verlos de lejos, eso sí: los saludaron desde el portón, mientras ellos estaban dentro de la vivienda. “Fue muy gracioso, pero hoy martes es recién el segundo día, hablemos en una semana…”, reflexiona el cantante. “Igual estamos bien, cómodos, y nos dejaron todo preparado. Nosotros estamos acostumbrados a convivir porque estamos en el estudio grabando o de gira, pero esta es una convivencia diferente, con otra energía, impuesta por lo que pasa. Igual tenemos buena vibra de que va a terminar bien”. El hecho de conocerse desde hace décadas, explica Baleirón, hace que los Pericos ya estén “curtidos” y sepan “manejar las dinámicas” internas. “Ya sabemos el protocolo del mal humor del otro y tratamos de no joderlo”, se ríe.
“Ahora vamos a empezar el ritmo de convivencia, porque el lunes fue una excitación porque era todo nuevo, estábamos rebotando, cansados pero súper excitados, hablando con la gente y viendo las repercusiones de lo que sucedía”, sigue el músico. “Pero ya nos vamos a meter en un ritmo más lógico y a trabajar en material nuevo, que tenemos bastante avanzado. Tenemos que hacer una selección y un ajuste, y después, hablar con la compañía para ver en qué manera lo lanzamos. La idea que supongo que va a funcionar es la de sacar singles, mantener la atención de la gente y después sí lanzar un álbum. Es lo que creemos más lógico para una banda que tiene nuestro perfil y nuestra trayectoria, y en base al público que tenemos. Hoy, si sacás un disco y no lo seguís manteniendo con singles, pasa inadvertido”.
Más allá de encarar la cuarentena con el humor en alto, Baleirón reconoce que la pandemia del Covid-19 tiene un impacto negativo profundo en la industria de la música: “Creo que es el momento para la creatividad, lo artístico, para hacer música y desarrollar ideas, porque para laburar es un momento horrible. En una enfermedad como esta, ¿qué hay más prohibible que un festival donde hay muchas personas y están todas pegadas? Nos caga directamente. A las bandas de culto que van a ver cinco personas por ahí no les cambia mucho (se ríe), pero a los que nos gusta llevar gente y podemos hacerlo, nos caga. Y a toda la industria, porque es mucha la gente que trabaja alrededor de la música. Estamos preocupados porque no es sólo este momento de la cuarentena sino saber qué pasa de acá en más, cuándo se podrá volver a tocar. Nosotros levantamos cinco fechas internacionales más, festivales en el interior, shows privados… Estamos muy preocupados por ese lado”.